Y todo el pueblo de la tierra entró en la casa de Baal, el templo que se había erigido al ídolo pagano en Jerusalén, y lo derribó; sus altares y sus imágenes los rompieron completamente, eliminando así todas las evidencias de la adoración de ídolos en la ciudad de Dios, y mataron a Matán, el sacerdote de Baal, ante los altares. Y el sacerdote Joiada nombró oficiales sobre la casa del Señor, renovando así el cargo de superintendentes que había sido creado por David, 1 Crónicas 25.

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