¿No has oído hace mucho tiempo cómo yo, Jehová, lo he hecho, que fue en realidad Dios quien había planeado y ejecutado estos decretos sobre las naciones, siendo el rey asirio solo un pequeño instrumento en Su mano, y de tiempos antiguos que yo lo has formado? Si el arrogante jactancioso nunca lo había escuchado, entonces ya era hora de que supiera que el Señor era quien lo había modelado y determinado.

Ahora he logrado que tuvieras que destruir ciudades valladas y convertirlas en montones de ruinas. Sin esta voluntad y permiso de Dios, el asirio no habría logrado nada; sin saberlo, estaba llevando a cabo el plan del Señor.

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