Y la mujer concibió y dio a luz un hijo en ese tiempo que Eliseo le había dicho, según el tiempo de la vida. De esta manera el Señor recompensó a la mujer por su bondad hacia su siervo. Él es quien también hoy da hijos, el fruto del vientre, a los padres creyentes, como recompensa, y ellos los apreciarán en consecuencia.

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