Y Eliseo, en absoluto impresionado por la demostración de riqueza y poder, le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate en el Jordán siete veces, y tu carne volverá a ti, vuelve al estado anterior de firmeza y salud, y tú Serás limpio. De esto, Naamán aprendería que su curación no sería un asunto de magia ni dependería de la persona de Eliseo, sino que era un regalo gratuito del Dios de Israel.

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