Y Él, el Señor, envió por mano de Natán, el profeta, como Su representante oficial en este caso; y llamó su nombre Jedidiah (amado del señor), a causa del Señor. Todo esto apunta hacia el objetivo de la venida de Cristo en la carne. Porque Él ha venido para cubrir nuestra desnudez y deshonra ante Dios, para cambiar el color escarlata de nuestra culpa en el blanco de la perfecta inocencia, mediante la expiación obtenida por Su sangre.

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