Y el rey dijo a Absalón: No, hijo mío, no vayamos todos ahora, no sea que seamos imputables a ti, un número demasiado grande de invitados podría hacer que la fiesta fuera demasiado cara para Absalón. Y él, Absalón, lo presionó, trató de hacerle cambiar de opinión; sin embargo, no quiso ir, pero lo bendijo, le deseó éxito en el festival.

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