Y cuando los criados de Absalón, en su persecución de los dos mensajeros, llegaron a la casa de la mujer, dijeron: ¿Dónde están Ahimaas y Jonatán? Y la mujer, disimulando a propósito para proteger a los mensajeros, les dijo: Pasaron el arroyo de agua, algún arroyo en la vecindad que ella señalaba. Y cuando los buscaron y no pudieron encontrarlos, regresaron a Jerusalén.

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