Y cuando los criados de Absalón llegaron a la casa de la mujer, dijeron: ¿Dónde están Ahimaas y Jonatán? Y la mujer les dijo: Pasaron el arroyo de aguas. Y cuando los buscaron y no pudieron encontrarlos, regresaron a Jerusalén.

Ver. 20. Pasaron por el arroyo de agua. ] Su ocultación de ellos fue ingeniosa, ya que el ingenio de las mujeres, dicen, es mejor en caso de apuro; pero su mentira, aunque oficiosa, no puede ser excusada; porque Dios podría y habría obrado sin él: sin embargo, se complace en poner el dedo de la misericordia sobre las cicatrices de tales enfermedades, donde la inclinación y la intención del corazón, por lo general, es recta.

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