Y el rey David envió a los sacerdotes a Sadoc y Abiatar, diciendo: Habla a los ancianos de Judá y diles: ¿Por qué sois los últimos en llevar al rey a su casa? viendo el discurso de todo Israel ha llegado al rey, incluso a su casa. Así que David tenía información sobre el movimiento en las otras partes del reino y se sorprendió de que los hombres de la capital y de la tribu de Judá no estuvieran tomando medidas similares.

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