y como desde el tiempo que mandé jueces sobre mi pueblo Israel, y te hice descansar de todos tus enemigos. Los días anteriores de esclavitud y tribulación no volverían más. Esas eran las bendiciones que el Señor había proporcionado al pueblo como tal. Y ahora llega la promesa más maravillosa de todas, una que afecta tanto al rey como al pueblo de los descendientes más remotos. También el Señor te dice que te hará una casa, literalmente, "Y allí te anuncia Jehová que una casa te hará Jehová", un anuncio muy solemne que prepara la profecía propiamente dicha.

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