Y tus valientes, oh Temán, los habitantes del distrito sur de Idumea, serán consternados, hasta el fin de que cada uno del monte de Esaú, de toda su región montañosa, sea ​​destruido por la matanza, porque ese era el objeto del Señor al quitarles su sabiduría y el uso de su antiguo poder. Cuando Dios decida castigar a una nación, entonces toda la inteligencia de sus hombres más sabios, toda la fuerza de sus hombres más poderosos, será en vano.

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