Por tanto, el Señor, Dios de los ejércitos, el Señor, el único Dios verdadero, dice así: En todas las plazas habrá llanto , lamento a causa del castigo que les ha sobrevenido por ignorar la súplica del profeta; y dirán en todos los caminos, expresando su dolor en llantos abiertos: ¡Ay! ¡Pobre de mí! Y llamarán al labrador al duelo, a unirse al lamento de la muerte por algún pariente, y a los que son diestros en el lamento, las mujeres profesionales que se lamentan, al llanto, para que todo el país resuene con gritos de dolor.

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