Muchas aguas no pueden apagar el amor, como se encuentra en Jehová, ni las inundaciones pueden ahogarlo ni los ríos lavarlo. Si un hombre diera toda la sustancia de su casa por amor, esperando comprarla o ganarla con tal precio, sería condenado por completo, porque todas las riquezas de este mundo son insuficientes e inadecuadas para pagar por ella.

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