Entonces Nabucodonosor, el rey, envió a reunir a los príncipes, los gobernadores y los capitanes, los oficiales ejecutivos de rango superior con deberes civiles y militares, los jueces o los principales funcionarios de la administración, los tesoreros, los directores financieros o gerentes de el tesoro público, los consejeros, los sabios de la ley, los alguaciles, los jueces inferiores y todos los gobernantes de las provincias, para asistir a la dedicación de la imagen que el rey Nabucodonosor había erigido para tener un gran celebración en honor a la ocasión, siendo todos los funcionarios del imperio invitados del rey durante la fiesta.

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