Y él, el Señor, lo enterró en un valle en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor, en algún valle montañoso no lejos de Nebo; pero nadie sabe de su sepulcro hasta el día de hoy, su ubicación exacta no fue revelada. Por la carta de Judas, sabemos que el arcángel Miguel luchó con el diablo por el cuerpo de Moisés. Así Dios, a través de Su ángel, salvó el cuerpo de Moisés de la última consecuencia de la muerte bajo el control de Satanás, de la corrupción.

El cuerpo de Moisés fue llevado al cielo después de su entierro y allí se transformó en un cuerpo espiritual. Así fue posible que Moisés apareciera con Elías en la transfiguración de Cristo. Este hecho nos da una fuerte garantía para el cumplimiento final de nuestra esperanza, de la resurrección del cuerpo.

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