Porque no hay memoria del sabio más que del necio para siempre, la gente olvida a uno tan rápidamente como al otro; viendo que lo que ahora está en los días venideros, todo será olvidado, que es el caso ordinario y general, las pocas excepciones tienden a confirmar la regla. ¿Y cómo muere el sabio? Como necios, ambos deben entregar el espíritu de la misma manera.

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