Sí, mejor es él que ambos, el que aún no ha sido, el que no ha visto la obra mala que se hace debajo del sol, porque, no habiendo nacido, se ha librado del dolor de presenciar las muchas evidencias de opresión y tiranías que siempre se encuentran en el mundo. Esta no es una expresión de pesimismo incrédulo, sino una declaración de hecho que hará que los creyentes se vuelvan con más entusiasmo hacia las comodidades de la religión cristiana.

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