Todo lo que tu mano encuentre para hacer, cualquier tarea que le corresponda al hombre en la vida, ya sea en el trabajo diario o en cualquier otra empresa iniciada en el nombre del Señor, hazlo con tus fuerzas, con vigor y energía; porque no hay obra, ni artificio, ni conocimiento, ni sabiduría en el Seol, adonde vas. Es necesario que los creyentes trabajen las obras de su Padre celestial mientras es de día; llega la noche cuando nadie puede trabajar, Juan 9:4 .

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad