Porque Esdras había preparado su corazón para buscar la Ley del Señor, al estudiar la Ley de Dios, sus principios, instituciones, privilegios y requisitos, y para cumplirla, y para enseñar en Israel estatutos y juicios, cuyo conocimiento, en este momento, se había reducido considerablemente, en lo que respecta al pueblo en su conjunto. Donde se sirve a Dios con seria devoción, donde su Palabra y su adoración se mantienen con todo celo, se ganan otros para el Señor. Cuanto más estrictamente siga la Iglesia los preceptos de la Palabra de Dios, también en oposición intransigente a todo sindicalismo, mejor podrá realizar la obra misionera.

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