Para Ezra había preparado su corazón. - Debe recordarse que la providencia de Dios sobre él precede inmediatamente, no como recompensa por haber preparado su corazón, sino como razón de ello. Primero, se entregó a estudiar la ley, luego a practicarla él mismo y, por último, a enseñar sus estatutos u ordenanzas positivas y sus juicios o preceptos morales, una descripción perfecta de un maestro en la congregación. No hay nada discordante en el hecho de que Esdras se diga a sí mismo que así había "dispuesto su corazón".

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