Porque me avergoncé de pedir al rey una banda de soldados y jinetes que nos ayudaran contra el enemigo en el camino, contra las bandas de beduinos que infestaban los desiertos y vivían en gran parte del robo y el saqueo, porque habíamos hablado al rey: diciendo: La mano de nuestro Dios está sobre todos los que le buscan para bien, pero su poder y su ira contra todos los que le abandonan. Habían declarado que viajaban bajo la protección del Dios verdadero y no querían menoscabar el respeto que Artajerjes tenía por su religión en ese momento solicitando una escolta armada.

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