Desde los días de nuestros padres hemos estado en gran transgresión hasta el día de hoy, como lo ha demostrado la historia de Israel y Judá bajo el reino; y por nuestras iniquidades nosotros, nuestros reyes y sacerdotes hemos sido entregados en manos de los reyes de las tierras, a espada, para ser muertos sin más, para cautiverio, para languidecer en el destierro y para despojo, habiendo sido su tierra saqueado una y otra vez por los enemigos, y para confusión de rostro, para la más profunda vergüenza y humillación, como es este día.

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