Después de estas cosas, unos cuatro años después de la elevación de Ester a la posición de reina, el rey Asuero ascendió a Amán, el hijo de Hamedata, el agagueo, convirtiéndolo en un gran hombre en el imperio, y lo adelantó, y colocó su asiento sobre todos los príncipes que estaban con él, elevándolo al rango de visir de rutina, su principal ministro confidencial.

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