para confirmar estos días de Purim en los tiempos señalados, de acuerdo con Mardoqueo, el judío, y Ester, la reina, les habían ordenado, y como habían decretado para sí mismos y para su descendencia, ellos mismos perfectamente dispuestos a estar de acuerdo con el establecimiento de la nueva fiesta, los asuntos de los ayunos y su clamor, en recuerdo de las lamentaciones a las que los judíos se complacían antes de ser entregados por el decreto de Mardoqueo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad