Y así lo comeréis: ceñidos vuestros lomos, vuestros zapatos en vuestros pies, literalmente, "calzados en vuestros pies", y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente, en huida apresurada, como los que estaban a punto de huir, listos para huir rápidamente. Es la Pascua del Señor. Estas instrucciones se referían a la celebración en Egipto y luego se descartaron por no ser esenciales. Solo el nombre de la fiesta, la Pascua del Señor, no fue cambiado, un recordatorio perpetuo del milagro que el Señor realizó al liberar a su pueblo.

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