Pero si el buey solía empujar con su cuerno en el pasado, y se le ha dado testimonio a su dueño, y no lo ha retenido, si el dueño era plenamente consciente de que el buey tenía la costumbre de atacar a la gente, que era de carácter mezquino, y sin embargo no lo confinó, sino que mató a un hombre o una mujer, el buey será apedreado, y su dueño también será muerto, porque él, por su negligencia en vigilar el animal vicioso, se convirtió en la causa de las muertes. Sin embargo, existía la posibilidad de que un hombre le salvara la vida en tal caso.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad