Y estarán sobre Aarón y sus hijos cuando entren en el tabernáculo de reunión, o cuando se acerquen al altar para ministrar en el Lugar Santo, en su obra de ofrecer sacrificios, para que no lleven iniquidad, y morir. Será estatuto perpetuo para él y su descendencia después de él. Cf Levítico 8. Todos los creyentes del Nuevo Testamento tienen rango de sacerdotes ante Dios, y sus vestiduras han sido blanqueadas por la sangre del Cordero.

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