Y Jehová hirió al pueblo porque habían hecho el becerro que hizo Aarón. El castigo impuesto por los hijos de Levi fue suficiente por el momento. Dios tiene paciencia con los pecadores, con los que rechazan al Salvador, por el bien de ese mismo Redentor. Pero cuando los pecadores persisten en rechazar la gracia que se les ofrece y desprecian la paciencia de Dios, finalmente vendrán sobre ellos la muerte y la destrucción.

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