Y él dijo: Haré pasar toda mi bondad delante de ti, él se revelará en la grandeza de su excelencia, y proclamaré el nombre del Señor delante de ti, él gritará, le explicará, el nombre de Jehová; y tendré misericordia de quien yo tenga misericordia, y tendré misericordia de quien yo tenga misericordia. Toda la revelación, como se le prometió a Moisés, fue un acto de la gracia y misericordia gratuitas de Dios, sobre el cual ningún hombre, ni siquiera Moisés, podía reclamar.

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