A sus ojos lo llevarás sobre tus hombros, cargándose él mismo con los utensilios que él había preparado, y lo llevarás en el crepúsculo, como cae la oscuridad de la noche; cubrirás tu rostro para no ver la tierra, tapando su rostro, como quien teme ser reconocido por cualquiera que se encuentre con él, como quien está colmado de vergüenza y dolor; porque te he puesto por señal para la casa de Israel, un tipo que ellos deben reconocer y cuya lección deben prestar atención.

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