Por cada uno de la casa de Israel, o del extranjero que mora en Israel, asociado con el pueblo de Dios, ya sea por nacimiento o por ascenso en la vida posterior, que se separe de Mí, por idolatría, alejándose del Dios verdadero, a quien una vez confesó, y puso sus ídolos en su corazón, y puso la piedra de tropiezo de su iniquidad delante de su rostro, como se describió anteriormente, y vino a un profeta para preguntarle acerca de mí, acerca de la voluntad y las intenciones de Dios frente a sí mismo. y otros: Yo, el Señor, le responderé por Mí mismo, dándole la respuesta que merecen su apostasía e hipocresía,

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