Tomó también de la semilla de la tierra, una de la familia real nativa de Judá, en este caso indudablemente Sedequías, y la plantó en un campo fértil, en un suelo muy productivo; lo colocó junto a grandes aguas, en una situación sumamente fértil, y lo colocó como un sauce, siendo el lugar bien regado como el que ama el sauce.

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