Vivo yo, dice el Señor Dios, el Gobernante soberano del Universo haciendo esta declaración con un juramento solemne, que ya no tendréis ocasión de utilizar este proverbio en Israel. Su intención era, por medio de sus justos castigos, enfatizar la justicia de sus actos para que la gente no buscara más excusas de este tipo.

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