Entonces di: Así ha dicho Jehová el Señor, que se destaca en el poder de su soberanía: La ciudad derrama sangre en medio de ella, en sacrificios de sangre a los ídolos, en asesinatos judiciales y en la guerra civil, para que llegue su hora, es decir, el tiempo de su castigo, y hace ídolos contra sí misma, literalmente, "sobre sí misma", es decir, a través de sus límites, para contaminarse a sí misma, la carga y la deuda de la idolatría trayendo contaminación.

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