Y pondré mis celos contra ti, que en este caso adquirió la naturaleza de un celo por la destrucción, y te tratarán con furia, con ira desenfrenada; te quitarán la nariz y los oídos, en alusión a la costumbre oriental de mutilar adúlteras, y tu remanente caerá a espada, consumando así la destrucción de Judá; tomarán tus hijos y tus hijas; y tu residuo, con referencia a ricos vestidos y costosas joyas por medio de las cuales las mujeres lascivas buscan atraer, será devorado por el fuego.

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