Y todos los habitantes de Egipto sabrán que yo soy el Señor, el único Dios que dirige los destinos de las naciones, porque han sido un bastón de caña para la casa de Israel, y la dependencia de esta última de Egipto como un aliado de confianza resultó perjudicial para pueblo del Señor en lugar de beneficioso; porque no solo el poder de Egipto no estaba a la altura de la tarea de proteger a Judá contra los poderosos imperios orientales, sino que la idolatría que difundieron los egipcios fue una maldición para el pueblo del Señor.

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