Sin embargo, si adviertes al impío, cumpliendo el deber solemne que se le ha impuesto como centinela, por desagradable que sea, y él no se aparta de su maldad, la maldad interior de su corazón, ni de su mal camino, la manifestación exterior de su alma. corazón malvado, morirá en su iniquidad, a causa de su iniquidad deliberada y habitual, pero has entregado tu alma, habiendo cumplido con su deber de hacer sonar la advertencia a tiempo.

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