Oyó el sonido de la trompeta y no prestó atención; su sangre será sobre él. La imagen está tomada de los ritos sacrificiales de los judíos, quienes transfirieron su propia culpa a la cabeza de los animales utilizados en el sacrificio, mediante la imposición de manos con oración. Pero el que escucha la advertencia librará su alma, o, "ya que, al recibir la advertencia, haría que su vida se escape".

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