En cuanto a la belleza de su ornamento, las riquezas con las que Israel estaba dotado, con las que él podría adornarse, lo puso en majestad, lo convirtió al servicio del orgullo; sino que hicieron imágenes de sus abominaciones y de sus abominaciones en ellas, es decir, del oro y la plata que Dios les dio, los hijos de Israel hicieron ídolos, cosas repugnantes a los ojos de Jehová; por eso lo he alejado de ellos, les había quitado sus riquezas, su oro y plata, y también su templo, para que ya no pudieran contaminarlo con sus abominaciones.

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