Y Dios le dijo en sueños: Sí, yo sé que hiciste esto con integridad de tu corazón; porque yo también te detuve de pecar contra mí; por eso te permití que no la tocara. El Señor aceptó la excusa de Abimelec, diciéndole de paso, sin embargo, que la enfermedad que había impedido al rey consumar el supuesto matrimonio había sido infligida desde arriba, para evitar que se cometiera un mal mayor. Así, el Señor hace uso incluso de la miseria y la tribulación para proteger a sus hijos del pecado y la transgresión.

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