Y el criado puso su mano debajo del muslo de Abraham, su señor, y le juró sobre este asunto. Eliezer sabía ahora que no se le haría responsable en caso de que la mujer seleccionada por él se negara a asistir, por lo que ya no dudaba en prestar juramento en este importante asunto.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad