Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. Esta excusa revela la depravación del corazón de Adán, incluso en esta etapa temprana. Porque no solo trata de culpar a la mujer, sino que incluso hay una acusación contra Dios en las palabras: La mujer que pusiste a mi lado. Olvida que la había saludado con deleite, ya ella misma como un regalo del Señor.

Él indica que todo el asunto podría no haber tomado este rumbo si Dios no hubiera hecho a la mujer como su ayuda idónea. Por cierto, la pérdida del amor que siguió a la transgresión se demuestra por el hecho de que Adam no la llama Eva, o esposa, sino solo a esa mujer a su lado.

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