Y Raquel dijo: Con grandes luchas he luchado con mi hermana, y he vencido; y lo llamó Neftalí (uno obtenido por la lucha). En la lucha entre ella y Lea, sí, entre ella y Dios, Raquel había logrado obtener también este hijo. Sus palabras indican su anhelo de compartir la bendición patriarcal, aunque todavía hay una medida de voluntad propia en su declaración.

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