8. Con grandes luchas (74). Otros traducen: "Estoy unida con los lazos de Dios" (75), como si se regocijara por haber recuperado lo que había perdido; o, ciertamente, por haber obtenido un grado igual de honor que su hermana. Otros lo traducen como: "Estoy duplicada con las duplicaciones de Dios". Pero ambos derivan el sustantivo y el verbo de la raíz פתל (patal), que significa un hilo retorcido. El primero de estos sentidos se reduce a esto: que, dado que Raquel ha alcanzado una condición igual a la de su hermana, no hay motivo para que su hermana reclame superioridad sobre ella. Pero el último sentido expresa un jactancioso más confiado, ya que se proclama a sí misma como una vencedora y doblemente superior. Pero otros presentan un significado más simple, a saber, que ella "luchó con luchas divinas o excelentes". Porque los hebreos indican toda excelencia agregando el nombre de Dios; porque cuanto más excelente es algo, más brilla la gloria de Dios en ello. Pero perverso es ese jactancioso con el que se enorgullece sobre su hermana, cuando más bien debería haber implorado perdón con súplicas. En Raquel se muestra el orgullo de la mente humana; porque aquellos a quienes Dios ha dotado con sus bendiciones, en su mayoría están tan exaltados que se enojan contumazmente contra sus vecinos. Además, absurdamente se prefiere a sí misma frente a su hermana en la fecundidad, en la que aún es manifiestamente inferior. Pero aquellos que están hinchados de orgullo también tienen la costumbre de menospreciar maliciosamente esos dones que el Señor ha otorgado a otros, en comparación con sus propios dones más pequeños. Tal vez también esperaba una descendencia numerosa, como si Dios estuviera obligado con ella. Ella no concibió esperanza a partir de los beneficios recibidos, como suelen hacer las personas piadosas; sino que, por una confianza presumida de la carne, se aseguró de todo lo que deseaba. Hasta ahora, entonces, no dio señales de modestia piadosa. ¿De dónde viene esto, sino porque su esterilidad temporal aún no la había sometido por completo? Por lo tanto, debemos tener más cuidado de que si Dios relaja nuestros castigos, no perezcamos inflados por su bondad.

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