pero dentro de tres días Faraón alzará tu cabeza de sobre ti, y te colgará de un madero; y las aves comerán tu carne de encima de ti. En este punto había una gran distinción entre los dos sueños: no fue el Faraón quien tomó el pan o los pasteles finos de la mano del panadero, sino que los pájaros se apoderaron de sus utensilios de panadería. Debía ser ejecutado, colgado de un madero o de una horca, y su carne dada a las aves del cielo para que la comieran. Aunque la interpretación parece tan simple, está claro que Dios mismo quitó aquí el velo del futuro.

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