Y se apartó de ellos y lloró ante esta evidencia de su completo cambio de opinión; y volvió a ellos otra vez, y habló con ellos, y tomó de ellos a Simeón y lo ató delante de sus ojos. Salvó a Reuben, ya sea porque no quería dañar el derecho del primogénito, o porque Reuben era menos culpable que algunos de los demás. Su objetivo había sido alcanzado, tenía la información que buscaba.

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