Entonces su mente cambiará, entonces el espíritu del enemigo revivirá, y pasará, pasando en su campaña torbellino, y ofenderá, imputando este su poder a su dios, o, "se vuelve culpable, porque este su poder es su dios ", se deifica a sí mismo. Con estas palabras, el Señor señala que de ese modo se alcanzaría el clímax del poder de Babilonia, porque no puede permitir que ideas tan idólatras triunfen en una nación.

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