Por tanto, el Señor, el Todopoderoso, el Señor de los ejércitos, que manda a las incontables legiones del cielo, enviará flaqueza entre sus gordos, consumiendo a los poderosos de Asiria, y bajo su gloria encenderá un fuego como la quema de un fuego, para consumirlo en un momento, con un poderoso crepitar y silbar.

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