Y se quita la alegría y el gozo del campo abundante, de la tierra del huerto; y en tus viñas no habrá cánticos ni gritos, como cuando se recogía la mies en tiempos de paz; los que pisan no pisarán vino en sus lagares; He hecho cesar sus gritos añejos. La destrucción causada por el enemigo ha provocado el fin de toda cosecha feliz; porque lo que no destruye, lo saquea.

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