10. La alegría es quitada. Confirma, con diferentes palabras, lo que ha dicho ahora, que todo el país estará desolado y abandonado, de modo que nunca más habrá en él una cosecha o una cosecha. Cuando amenaza con que Dios hará que los viñadores dejen de cantar, se refiere a una antigua costumbre; porque cuando reunían la cosecha, generalmente testificaban su alegría bailando y cantando. De ahí estas palabras de Virgilio, El viticultor agotado ahora aborda por canción sus filas más lejanas (268) De la misma manera, los marineros, cuando se acercan al puerto, levantan su grito de alegría, (κἐλευσμα) porque, después de terminar sus trabajos y escapar de los peligros, ven que tienen la esperanza de obtener algo de tiempo libre o un refrigerio. Es como si el Profeta hubiera dicho: "Cuando se les quite el producto de la cosecha, no les quedará más que lamentar su pobreza".

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